Andy y Dov deciden hablar de lo ocurrido cenando en un restaurante abierto toda la noche; todo se complica cuando alguien trata de atracar el local. Entre tanto, los agentes se esfuerzan por evitar que los trágicos sucesos de la noche anterior tengan peores consecuencias.
Hay novedades en la comisaría cuando Oliver es ascendido a sargento y a Andy ha de ocuparse de adiestrar a Duncan, el agente recién graduado. Esta relación se pone a prueba cuando Andy y Duncan deben ocuparse de un asesinato en la tienda de un prestamista.
Mientras los agentes de la comisaría tratan de detener al asesino de Brian Gowdy, Andy y Sam viajan a la cárcel de Millburn para interrogar a varios presos relacionados con el principal sospechoso del crimen. Uno de los presos resulta ser el padre de Sam.
Oliver ayuda a Andy a defenderse de cara a la vista en la que se decidirá el despido de Duncan. Sin embargo, cuando éste presenta nuevas pruebas que demostrarían que Andy fue la responsable, Oliver se replantea si seguir defendiéndola o no.
Dov y Cris se ven involuntariamente arrastrados a la investigación sobre un allanamiento de morada. Entre tanto, la adicción de Chris comienza a hacerse pública.
Los agentes reciben el encargo de participar en un programa comunitario para ayudar al traslado de unos inquilinos cuyas viviendas van a ser derribadas. Todo cambia cuando uno de los vecinos resulta brutalmente agredido.
Duncan, el anterior pupilo de Andy, vuelve al trabajo y busca reconciliarse con ella, algo para lo que Andy no está aún preparada. Ambos han de dejar sus problemas personales a un lado cuando estalla una bomba en un aparcamiento del centro.